“Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si das tu pan al hambriento, y sacias al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”. Isaías cap. 58 versos 9 al 11.

Esa palabra, “Entonces“, puesta por Dios a propósito, nos indica y enfatiza el Resultado de algo que se hizo con anterioridad, para que las cosas ocurran de la manera que se va a describir o de lo que se promete dar o recibir.

Y, ¿Qué es ese “Entonces “?

“Si quitas de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad. “Y además: “y si das tu pan al hambriento, y sacias al alma afligida…“. Es decir, si un ser humano abandona su andar pecaminoso y rebelde contra Dios; Si se Arrepiente de sus pecados y Confía en Jesucristo para su salvación; si muestra en su vida diaria que Jesucristo le salvó, No Oprimiendo Ni Abusando Ni Engañando a su prójimo; No Amenazándole con hacerle algún daño porque tengo mas dinero que tu; porque soy de una nacionalidad superior a la tuya; porque tengo tal posición en el gobierno, o en area militar o política; porque soy profesional y tu no; o soy mejor profesional que tu; porque soy de piel clara y tu oscura; Si Abandonas tu hablar vanidoso, cuando dices: Yo soy tal persona; o tengo tal profesión; o tengo tal cuerpo; o tengo tantas posesiones; o uso las mejores ropas; o tengo el mejor vehículo, o la mejor casa, o la mejor computadora, o la mejor televisión; de que vivo en el mejor lugar; o de que mis hijos son esto o aquello, y estudian en tal sitio, o son esto; Si Abandonas o Quitas de ti Todo Esto; y, al mismo tiempo, Demuestra que eres Luz en la tierra, Ayudando al que ves necesitado de las cosas de este mundo, de la que ya Dios te ha dado a ti; y también Sacias el alma de tu prójimo, por medio de la Predicación del Evangelio de Jesucristo No Tergiversado, para que este no perezca; Entonces, y solo Entonces, Dios Promete Escucharte cuando tu le Invoques y le Clames. El Promete estar tan solícito y preocupado por dicho clamor, que dice que Dios, que El dirá: “Heme aquí. “ En otras palabras, no bien tu estes clamando, ahí estará El, dispuesto a escucharte, y responderte, como requiera tu necesidad, como mejor te convenga, y de la forma que de mas gloria a su Exaltado Nombre.

¡Cuan bondadoso y Misericordioso es Dios, que se muestra de esta manera para con Todo aquel, que se ha despojado de si mismo, que ha abandonado sus propios caminos y opiniones, y ahora Únicamente Sigue Siempre los caminos y las opiniones de Dios, expresados en Su Santísima e Inerrante Palabra, La Santa Biblia!

Pero no solo Dios dice que Oirá y Atenderá al que Cumple el “Entonces“, descrito de la manera anterior, sino que también nos dice: “…en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. “En otras palabras, dice Dios: Yo seré tu Pastor siempre; nunca dejare de serlo, siempre estaré contigo; en los momentos donde tu alma desfallezca, ahí estaré contigo para alentarte y darte nuevos ánimos; en los momentos que tu cuerpo esté enfermo, yo te daré vigor, y te renovaré las fuerzas. Y, Escucha todavía mas: “15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti. 16 He aquí que en las palmas de las manos te tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros.“ Isaías cap. 49 versos 15 y 16.

Así es Dios, el Dios Uno, Único y Verdadero Para con Cualquier ser Humano, que cumpla el “Entonces“; es decir, que se Humille delante de El, Le Implore Misericordia, Le Pida Perdón por Todos sus Pecados, Abandone sus caminos pecaminosos, y Ande, diariamente, Obedeciendo sus Mandatos Expresados en Su Santísima Palabra! ¡Amén!, Y ¡Amén!.