domingo, 9 de mayo de 2010

“Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.”. Jonás cap. 2 versos 6.

Al escuchar esta confesión hecha por el profeta Jonás, Debemos tomar 10 ó 15 minutos, ahora mismo, para pensar y meditar, las muchas veces en que nosotros hemos sido librados de la muerte física, por la mano Misericordiosa y Todopoderosa de Dios.

¿Te acuerdas, oh alma mía, cuando estuviste tan enfermo, que ya toda esperanza de vida se te había ido, pero Dios te devolvió la Salud; o cuando estuvo enfermo uno de tus hijos, o tu esposa, o tu esposo, o uno de tus hermanos?

¿Te acuerdas, cuando cruzando una calle, por la mano de Dios no te atropellaron, y moriste instantáneamente?

¿Te acuerdas, Cuando tuviste aquel accidente automovilístico, del cual era casi imposible que alguien pudiera salvarse, y Dios a ti quiso salvar, y no a otro?

¿Te acuerdas, cuando Dios te libró del seguro accidente automovilístico que ibas a tener, y no lo tuviste?

¿Te acuerdas, cuando alguien atento contra tu vida, y eras un seguro muerto, pero Dios te libró?

¿Te acuerdas, cuántas veces el Dios Glorioso, ha librado a tus hijos, tus hermanos o tus padres, de la segura muerte?

Por consiguiente, Hoy, lo mejor y mas justo que Debemos Hacer, como una muestra de Agradecimiento Sincero, Honesto y Profundo a Dios, es Obedecerle, es Hacer Todo lo que El nos ha Mandado en su Divina, Santa y Única Palabra: La Santísima Biblia.

Y, el Mandamiento mas Urgente que El Manda que Obedezcamos está en Hechos cap. 17 verso 30: “Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, Ahora Manda a todos los Seres Humanos en todo lugar, que se Arrepientan”.

Mostremos, ahora mismo, nuestro Gran Agradecimiento a Dios por Todas Sus Bondades y Misericordias para con nosotros, Arrepintiéndonos de nuestros malos caminos: ¡Pidámosle Perdón por Todos nuestros pecados; Abandonemos nuestros caminos ofensivos a Dios; Pidámosle, que Envíe a Dios Espíritu Santo a nosotros para que nos transforme, en personas distintas a la que somos hoy, y Podamos, a partir de ahí, Vivir en resto de nuestras vidas, Agradecidos de El, y Cumpliendo sus Mandatos!

¡Oh, Dios Grande, Fuerte, Temible y Misericordioso, Despierta nuestras Almas, para que podamos Proceder de esta manera! ¡Gracias! ¡Amén!

No hay comentarios:

Publicar un comentario