lunes, 19 de julio de 2010

“1 Vuelve, oh Israel, al Señor tu Dios; porque por tu pecado has caído. 2 Lleven con ustedes palabras de súplica, y vuelvan al Señor, y díganle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. 4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.” Oseas cap. 14 versos 1, 2 y 4.


Dios hace a su Pueblo un Solemne y Urgente Llamado a que se Vuelva a El; es decir, a que se Arrepienta de sus pecados y se aparte de ellos, y Ande por el sendero de la Santidad y la Obediencia.

Y, ¿A quien Dios considera su Pueblo? ¿Al Israel que vemos en el Mapa? ¿Al Israel que Rechaza y Niega al Mesías, el Señor Jesucristo, por medio de las Tergiversadas y Adulteradas doctrinas o Enseñanzas del Judaísmo? ¿Al Israel que Adora y Besa la Torah, es decir, los Cincos Primeros Libros del Antiguo Testamento, y No al Dios de la Torah, al Eterno, al Todopoderoso?

Evidentemente, que No es a ellos que llama su Pueblo, sino al Israel Escogido para Heredar Salvación y Vida Eterna, cuyos integrantes son Todos aquellos que han sido Circuncidados, no en su piel exterior, sino en sus corazones; como bien lo dice el Señor en Dice el Señor en Romanos cap. 2 versos 28 y 29: “28 Pues no es judío el que lo es exteriormente, ni es la circuncisión la que se hace exteriormente en la carne; 29 sino que es judío el que lo es en lo interior, y la circuncisión es la del corazón, en espíritu, no en letra; la alabanza del cual no viene de los hombres, sino de Dios.“ Y vuelve y lo confirma en Ezequiel cap. 11 versos 19 y 20: “19 Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, 20 para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios.

Por eso es, que cuando nuestro Señor Jesucristo anduvo entre nosotros, y le rodearon un grupo de judíos pertenecientes al Israel Terrenal, en Juan cap. 10 versos 24 al 28, pasó lo siguiente: “24 Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente. 25 Jesús les respondió: Se lo he dicho, y no creen; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí; 26 pero ustedes no creen, porque no son de mis ovejas, como les he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Es decir, que los Verdaderos Integrantes del Pueblo de Dios, de su Iglesia, del Verdadero Israel: Son Todos Aquellos que Oyen la Voz de nuestro Glorioso Mesías y Cristo, el Señor Jesucristo, y le Siguen; y El les da Vida Eterna, y No Perecerán Jamás.

Por tanto, ¿A quién Dios considera su Pueblo?

A todos aquellos que Oyen el Evangelio de Jesucristo No Tergiversado ni Adulterado, y, como Resultado de este Oír, son  Circuncidados por Dios Espíritu Santo en su Interior, y, a partir de ese momento se Arrepienten de sus Pecados, Creen en el Señor Jesucristo, como el Único Mesías y Mediador entre Dios Padre y los seres humanos, y Actúan en su diario vivir en Obediencia a Dios, en Todo lo que El Manda en la Santísima Biblia. Estos, y únicamente estos, constituyen el verdadero Pueblo de Dios.

¿Perteneces tú a ese Glorioso Pueblo de Dios? ¿Sabes cómo se Obtiene la ciudadanía? ¿Conoces Cuales son los Requisitos para Pertenecer a ese Bienaventurado Pueblo de Dios?

Eso precisamente quiere Enseñarnos el Señor, en estos textos, Los Requisitos para Pertenecer a su Pueblo:

El Primer Requisito es:     Ser Circuncidado o Regenerado o nacido de nuevo por Dios Espíritu Santo:

“Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios”. Para una persona poder Volverse a Dios, o Arrepentirse de sus pecados es Imprescindible Nacer de nuevo espiritualmente, o lo que es lo mismo, ser Circuncidado o Nacido de Nuevo. Por eso nuestro Señor Jesucristo tuvo que decirle a un gran religioso, principal dentro de los judíos terrenales, llamado Nicodemo, en Juan cap. 3 versos 3, 4, 7 al 10: “3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios. 4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? 7 No te maravilles de que te dije: Te es necesario nacer de nuevo. 8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu. 9 Respondió Nicodemo y le dijo: ¿Cómo puede hacerse esto? 10 Respondió Jesús y le dijo: ¿Eres tú maestro de Israel, y no sabes esto?

¿Te ha Hecho Nacer de Nuevo, Dios Espíritu Santo? ¿Has sido Circuncidado y Regenerado dentro de ti? Si no es así: ¡Órale a Dios el Padre ahora mismo, y Pídele que Envíe a Dios Espíritu Santo a Realizar en ti, esta Obra Imprescindible, Sobrenatural y Maravillosa!

El Segundo Requisito es: Reconocer, Estar Consciente y Convencido del Estado de Condenación y Castigo que pesa sobre Uno, y que este nos ha venido por nuestra propia maldad:

“porque por tu pecado has caído.” Solo el ser humano que Reconoce, Está Consciente y Convencido que por su propio comportamiento pecaminoso y rebelde delante de Dios está bajo el Castigo y la Condenación de Dios; solo a ése, Dios lo hace Integrante de su Pueblo.

El Tercer Requisito es:  Arrepentirse de Todos sus Pecados y Poner la Fe en la Obra Perfecta Realizada por Jesucristo:

“Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios …Vuelve al Señor”. Pero no basta con cumplir el requisito anterior, es necesario también, inclinar nuestros rostros a tierra delante del Señor, y Arrepentirnos de Todos nuestros Pecados. Y al Dios Repetirlo dos veces, nos revela la Urgencia de Cumplir con este Gran Mandamiento.

El Cuarto Requisito es: Que se Debe Acudir ante el Señor con una Actitud de Humillación:

“Lleven con ustedes palabras de súplica, y vuelvan al Señor, y díganle”. Pero también, Debemos utilizar palabras que salidas de lo más profundo de nuestro ser, que Evidencien lo Humillados y Avergonzados que nos sentimos por haber Transgredidos los Mandamientos del Señor: Debemos llevar Palabras de Suplicas y Ruegos.

El Quinto Requisito es:  Que se Debe de Confiar Únicamente en su Disposición a Perdonar:

4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.” El sentimiento de Tristeza y de Vergüenza por haber Transgredidos los Mandatos de Dios, y por eso, haberle Ofendido; no debe ahogarnos y hacernos ver sin esperanza: Hay una Esperanza: El Señor dice: “Yo sanaré su rebelión… porque mi ira se apartó de ellos.

En otras palabras: Como Resultado de tu Haber Nacido de Nuevo espiritualmente; Como Resultado de Reconocer, Estar Consciente y Convencido del Estado de Condenación y Castigo que pesa sobre ti; Como Resultado Arrepentirte de Todos tus Pecados y Poner la Fe en la Obra Perfecta Realizada por Jesucristo; Como Resultado de Todo esto, Yo, dice el Señor de señores, Te Perdonaré, y mi Ira que iba a Derramar sobre ti, ya no lo haré.

En consecuencia, ¡Ven, ven! Acudes cuanto antes a este Misericordioso, Compasivo y Maravilloso Llamado del Señor. 

Acuérdate lo que dice el Señor en Hebreos cap. 12 versos 25: “25 Ten cuidado que no desechen Al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos Al que amonesta desde los cielos. 26 La Voz del Cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha Prometido, diciendo: Aún una vez, y Conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.

No Deseches la Voz de Dios por medio su Santísima Palabra, la Santísima Biblia: ¡Obedécelo hoy, y ahora mismo!

¡El Dios Todopoderoso Haga Fructificar sus Palabras en nosotros! ¡Amén!

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