martes, 7 de febrero de 2012

Así dice el Gran SEÑOR en Isaías cap. 54: “7 Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias.”


¿Cuántas veces hemos sentido el abandono de Dios? ¿Cuántas veces en nuestras aflicciones, y en nuestros momentos difíciles, hemos sentido el abandono de Dios? ¿Cuántas veces hemos estado al punto de la desesperación por una situación particular? ¿Cuántas?

¿Te acuérdas cuando estuviste al punto de la muerte; o cuándo lo estuvo tu pareja, o alguno de tus hijos, o un pariente muy querido? ¿Te acuérdas cuando tenías todos los caminos cerrados, y estabas al borde de caer en el hoyo profundo? ¿Te acuérdas?


En todos esos momentos, de Pruebas para algunos, y de Juicio para otros, Dios el Gran SEÑOR, QUIERE ENSEÑARNOS:

En Primer Lugar: Que si ÉL nos abandonara por mucho tiempo, pronto pereceríamos:Por un breve momento te abandoné”.
En Segundo Lugar: Que No somos Autosuficiente en nosotros mismos, sino Dependientes de ÉL, en todas las cosas; como bien ÉL lo confirma en Juan cap. 15: “4 Permanezcan en mí, y yo en ustedes. Como el pámpano no puede llevar fruto por mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí.

En Tercer Lugar: Que será Triste, Lamentable y Desesperante la situacion de aquel, al que ÉL abandone completamente; como tambien nos lo confirma en Juan cap. 15: “6 El que en no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.

En Cuarto Lugar: Que Aunque a nosotros nos parezca largo el tiempo que Dios decide Abandonarnos, realmente, es breve; y esto debe ser un fuerte estimulante, para seguir esperando en sus respuestas, en medio de nuestras distintas situaciones: “Por un breve momento te abandoné...

En Quinto Lugar: Que al final de nuestras Pruebas y Aflicciones, si somos sus discípulos, Él nos dará mayores cosas que las antes teníamos, y que las que nos quitó: “...pero te recogeré con grandes misericordias.

En Sexto Lugar: Que Él, en sus grandes misericordias, nos levantará del lugar de humillación en que nos encontramos:...pero te recogeré con grandes misericordias.

Por consiguiente, Amados hermanos en Jesús el Cristo, Esperemos en el Gran SEÑOR, por medio de Oraciones, Súplicas y Acciones de gracias, que nuestro Gran Dios, que no miente, nos RECONGERÁ CON GRANDES MISERICORDIAS. ¡Amén!

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